La Universidad Popular es el único edificio municipal de Quintanar del Rey queincumple toda la normativa sobre Accesibilidad y mantiene intactas todas lasposibles barreras para las personas con discapacidad; lo que día a día provocasituaciones no solo difíciles y peligrosas, sino incluso vejatorias: una alumna llega ensu silla de ruedas hasta las puertas UP, donde entre cuatro compañeras la alzan y,sosteniéndola entre todas, la suben a pulso dos tramos de escaleras. Luego, bajande nuevo y le suben su silla. Al finalizar la clase, repiten la operación, que en bajadaes aún más arriesgada.
El mismo trayecto tienen que hacer las alumnas de Enseñanza de Máquina deCoser, cada una cargada con su máquina de coser, que pesan lo suyo. No todas sonjóvenes y fuertes. Varias de ellas han renunciado ya a seguir acudiendo a laUniversidad Popular porque el esfuerzo las supera.El edificio, que ya va necesitando también una cierta renovación, mantiene aulascerradas por decisión del primer edil municipal; que, ante las demandas de espaciosde la coordinadora, monitoras y alumnas, ha ordenado que las clases de la Escuelade Espalda se impartan en los pasillos del edificio de la Escuela de Música. A las 60alumnas de Pilates las ha enviado a un sótano sin ventilación. Una de ellas se negóa “dar clases en un sótano sin ventilación y oliendo a desagües”, como explicó en sufacebook.“La coordinadora de la Universidad Popular lleva años reclamando un montacargas,un ascensor, rampas que permitan el acceso a las personas con discapacidad, aulasy espacios dignos para las 500 personas que cada curso se inscribe en la UP…Pero en vez de atenderla, el alcalde la relegó en junio del año pasado de sus tareasy funciones, en las que tuvo que ser repuesta en noviembre por sentencia judicial”,recuerda Ángel Castellano Bobillo, coordinador del Sector Local de CCOO-FSC deCuenca.La sentencia ponía textualmente de relieve “el prestigio y éxito social” alcanzado porla Universidad Popular de Quintanar del Rey “gracias al extraordinario buen hacer dela coordinador”, bajo cuya dirección “ha ido creciendo exponencialmente en elnúmero de alumnos y cursos impartidos, ofertando un catálogo de actividades muyvariado y de interés, logrando una excelencia en la labor desarrollado de prevencióne integración social de distintos colectivos que puedan estar en riesgo de aislamientoy/o de exclusión social (discapacitados, tercera edad, mujeres en riesgo de violenciade género, jóvenes con diferentes problemas personales, menores, etc.) tanto desus propios vecinos como de otras localidad cercanas que se han matriculado en lacitada UP, así como una labor en la difusión de la cultura en general dignas, todasellas, del mayor elogio”.
“Lejos de admitir el análisis y la valoración judicial de los hechos probados, el alcaldeha reaccionado a la sentencia poniendo todo de su parte para degradar el servicioque ofrece la Universidad Popular. Este señor es un alcalde del PSOE, pero pareceun ultraderechista, de Vox o de más allá: está utilizando la clásica fórmula de lospeores enemigos de los servicios públicos; esto es, deteriorarlos para que funcionencada vez peor y terminar justificando su cierre”, alerta Bobillo.